Una remontada que huele a título de Liga

El R. Madrid subsistió a un partido trampa en Nervión frente a un contrincante con mayúsculas como el Sevilla. Y a eso se agrega el arbitraje desconcertante de Cuadra Fernández, que consiguió enojar a unos y otros con resoluciones incomprensibles. Los blancos se sobrepusieron al dos-cero de la primera parte y remontaron en una segunda parte en la que fueron superiores con tantos de Rodrygo, Nacho y Benzema. Una remontada que huele a título de Liga en otro ejercicio de tenacidad y suspense.

Ha advertido Ancelotti públicamente múltiples veces que Militao «confía demasiado en su físico». Y el central escogió el peor escenario para confirmar las palabras de su adiestrador. En el Pizjuán, frente a un Sevilla enorme y con la Liga en juego. El brasileiro abandonó la barrera, lo que aprovechó Rakitic para clavar una falta desde el borde del área. Y solo 3 minutos después un balón cruzado era cabeceado de primeras por Acuña al hueco, donde Tecatito le ganaba la carrera a Militao para tocar frente a la salida de Courtois, apareciendo Lamela para poner el dos-cero en el minuto veintitres. Hasta Modric le leyó la cartilla al central mientras que este reprendía a sus compañeros buscando otro culpable.

Se le complicaba la Liga al la villa de Madrid que había salido a Nervión con un once parcheado: Carvajal de lateral izquierdo, Lucas en el derecho, Kroos de Casemiro con Modric y Camavinga a su lado, y Valverde fortaleciendo la medular. Lopetegui puso mejor a su once, sin un nueve natural (Martial) y con Rakitic y Papu implicados en la preparación. Los locales apretaban muy arriba y llegaban siempre y en toda circunstancia ya antes al balón y ocupaban mejor los espacios. Se desesperaba el la villa de Madrid, que solicitó penalti por una mano de Diego Carlos, que lo fue, sin intencionalidad.

Peor pudo ponerse el panorama si Cuadra Fernández no hubiera perdonado la segunda amarilla, y consecuente expulsión, a Camavinga en una entrada a Martial que terminó con el sevillista lesionado. Corría el minuto treinta y nueve y el francés debió irse al vestuario.

El la capital de España salió en la segunda parte de otra manera, con otra actitud. Carletto mandó al equipo presionar más arriba, apretando a la medular sevillista y con un vertical Rodrygo, que entró por el ‘sospechoso’ Camavinga. Informó Benzema, mas Bono le tapó bien. Y en la próxima jugada Rodrygo acertó a marcar, como frente al Chelsea, volviendo a meter al equipo en el partido. Los papeles habían alterado pues el Sevilla, con Óliver por Papu, pareció quedarse en el vestuario y hasta la grada se contagió del sopor de los suyos. El dominio de los de Ancelotti era apabullante, Rakitic no era capaz de hilar futbol y Modric le hurtaba estrellato a su paisano.

Karim Benzema y el gol que vale una Liga.#LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/TB8SsTmZzZ

— Futbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) diecisiete de abril de dos mil veintidos

Lopetegui frenó la hemorragia blindado la medular con la aparición de Gudelj y la incorporación de Ocampos para afilar su ataque. Se ponía el disfraz de contragolpeador con veinte minutos por delante. los minutos empezaron a correr en favor de los sevillistas. Al la capital de España empezaba a terminársele el tiempo, si bien estaba a un gol de su objetivo: impedir que el Sevilla sumase los 3 y llevarse algo de Nervión. Hasta el momento en que en el minuto setenta y tres un centro de Lucas llegó a Vinicius, que lo bajó con el pecho y lo remató a la red. Cuadra Fernández pitó mano, mas el VAR le demandó que viera la jugada en el monitor. Y a pesar de las imágenes, que comprobaban que no fue mano, el árbitro prosiguió en sus 13 y no lo concedió. Inaudito.

No obstante, en la próxima jugada Carvajal forcejó con Óliver y acabó sacando un centro que Nacho mandó a la red en su primera intervención en el partido. Lejos de conformarse con el empate, los madridistas se fueron arriba y en el descuento Benzema coronaba otra jugada monumental de Rodrygo para dar el triunfo al la capital de España. Una remontada que huele a título, al lograrla en el único estadio de la Liga que no conocía la derrota.