– “Susana…. ¿Cuál es el secreto del éxito?”
En la última conferencia que di, en la que charlé sobre negocios digitales, escribieron esta pregunta en el chat. No fue escogida para ser contestada, siendo considerada común. Entre los más de trescientos asistentes conectados mediante videoconferencia, merced a la pandemia mundial que vivimos en estos tiempos, brotaron preguntas técnicas que al moderador le parecieron más interesantes.
A mí, no obstante, se me quedó esta pregunta en la cabeza y me quedé con ganas de responderla. El día de hoy, tras una pequeña avalancha de mensajes en mis redes sociales, me he sentido inspirada para hacerlo.
Hagamos un paréntesis para dejar en claro que el día de hoy vamos a hacer a un lado el discute sobre la definición de éxito, y nos satisfaremos con definirlo conforme con la RAE:
Éxito es 1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etcétera
Imaginemos entonces que procuramos exactamente eso: ser feliz con nuestro negocio, conseguir ganancias, abonar sueldos, vivir de manera cómoda y con calidad de vida.
¡Ah querid@ emprendedor@ y empresari@! Hace ya un tiempo que no te escribo y el día de hoy, lamento decepcionarte mas debo decirte que no, no sé cuál es el secreto del éxito.
Sinceramente, no creo que exista únicamente uno, en verdad. La vida es tan variable, tan sorpresiva, tan mágica y atroz al tiempo que todos y cada uno de los humanos tenemos diferentes caminos. En mi camino del emprendimiento, no obstante, he aprendido valiosas lecciones que me chifla compartirte con la esperanza de ahorrarte un tanto de trabajo y una de ellas es la siguiente:
El éxito se forma de resoluciones. Y de las mejores resoluciones es proseguir adelante, seguir pese a todo.
- Proseguir pese a las contrariedades, de los desafíos, de la ausencia de las palabras de aliento.
- Seguir con el corazón roto, con temor, con dudas, con soledad.
- Proseguir con el bolsillo vacío, con poco capital, con lo que tengas en el instante.
- Seguir con tus ideas, con tu impulso, con tu automotivación, con descalabros a tus espaldas.
Conque esa es la Acción no. 1: Proseguir, continuar adelante, pese a todo.
Esa es una de las esenciales lecciones que creo que el día de hoy nos resulta conveniente rememorar, pues en un año el planeta ha alterado drásticamente y la vida siempre y en todo momento alterable ha dado un vuelco para sacudirnos.
Evidentemente, no es siempre y en todo momento fácil. En verdad, me atrevería a decir, que prácticamente jamás lo es.
Emprender es un reto para valientes y muchos de los que emprendemos no estamos siendo conscientes de la fortaleza sensible, mental y ética que se requiere hasta el momento en que ya estamos dentro.
-¿Exactamente en qué carajos me he metido? Pensé hace unos años, a mediados de mis veinte´s, sobresaturada de inconvenientes, resoluciones y con un descalabro a mis espaldas que sentí tan enorme que a lo largo de meses sentí que no podía respirar.
Aprendí a cerrar la oficina, reducir costos y seguir, con una computadora como única herramienta.
– ¿Qué carajos pasa? – Me pregunté en dos mil veinte cuando la alarma sanitaría mundial llegó a mi urbe y debí solicitarles a los pocos cooperadores que quedaban presenciales que trabajaran desde casa.
Nuevamente, debí cerrar la oficina, reducir costos y proseguir, rematamos todo el equipo de oficina y solo me llevé mi computadora a mi departamento. Y todavía con mi experiencia y mi amor por el planeta on line, debí aprender amoldarme.
Y hete ahí la Acción No. 2: Aprender, jamás parar de aprender.
En el planeta del emprendimiento, en el planeta on line y/o digital y en la vida misma seguir aprendiendo es trascendental. Es un consejo tan obvio, tan fácil mas que en muchas ocasiones pasamos por alto. Yo me recuerdo a mí, a fines de mis veinte´s enojada con el planeta, llena de ego, creyéndome que lo sabía todo.
– Si te pasas de estrella, Susanita, la vida puede darte una lección- me advirtió una amiga empresaria, sabia como siempre y en todo momento y amena con mi soberbia.
Una compañía y una relación menos después, entendí que llevaba razón. Muchos viajes y aeroplanos pasaron a fin de que entonces me hiciese la última pregunta:
Si ya estaba presta a proseguir pese a todo, si ya estaba presta a aprender todo lo preciso ¿Qué proseguía entonces?
Y viene entonces la Acción no. 3: Solicitar ayuda.
Sí, querid@ emprendedor@, solicitar ayuda. Solicitar guía, consejo, mentoría a exactamente la misma comunidad emprendedora, a aquellos que sí lo han conseguido. A aquellos que por lo menos van un paso adelante y que están prestos a guiarte no tanto con consejos técnicos sino más bien con una sabiduría de vida que solo un@ verdader@ emprendedor@ puede ofrecerle a otr@.
Evidentemente, no se trata de solicitar que hagan por nosotros el trabajo. ¡Es imposible! Una compañía depende del liderazgo de su dueño; todavía si decides delegar todo en las manos de especialistas, la resolución de delegar va a estar en ti. Y en este punto, en verdad en todos, es cuando formar parte de una auténtica comunidad emprendedora es esencial.
¿Quién puede recomendarte mejor que alguien que asimismo vive día con día el reto de emprender? Es en la sabiduría de la experiencia donde se ocultan consejos tan poderosos que no es posible localizarlos en los libros.
Con lo que ¿Qué opinas?
Te repito las tres Acciones para lograr el éxito:
- Seguir, proseguir adelante pese a todos y cada uno de los obstáculos y desafíos.
- Aprender, continuamente, sostener la psique abierta con humildad.
- Solicitar ayuda, percibir a quienes ya han pasado por esos desafíos, ser parte de una comunidad emprendedora, la auténtica comunidad emprendedora (en mi experiencia) siempre y en todo momento está presta a asistir.
Te deSeo éxito el día de hoy y siempre y en todo momento.
¡Wow! Ha sido un gusto redactar acá nuevamente. Merced a todos quienes me escriben continuamente, me motivan a redactar nuevamente. Si lo decides, puedes proseguirme en Twitter @SusaBaiza y en mi sitio www.susanabaizabal.com donde puedes hallar el resto de mis redes sociales, mi canal de YouTube y los cursos gratis que ofrezco.