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Sea un coleccionista de los NO que ha recibido en la vida

Un coleccionista es alguien que reúne, clasifica y guarda algo fundamentalmente por interés o bien gusto. En ese sentido, puede parecer extraño coleccionar los NO recibidos en la vida, mas hacerlo tiene una gran ventaja estratégica.

Hay enseñanzas fundamentales tras cada NO que se presenta en el viaje personal o bien profesional en esta tierra. Lecciones que jamás dan el éxito o bien los objetivos alcanzados. Las experiencias más valiosas no se hallan en los SI, más bien en las negaciones, por muy frustrantes o bien dolorosas que estas sean.

Se sabe bien que inconvenientes, contrariedades y contrariedades son grandes maestros. Y la realidad es que cada uno de ellos de estos representa un NO a deSeos, esperanzas, intereses y planteamientos. Las cosas suceden como uno desea o bien no. Es una dicotomía simple.

Ahora bien, en este punto todo se vuelve interesante. Pues una gran parte de las personas tiende a descartar velozmente experiencias negativas y se esmera en borrarlas de la memoria. Ello semeja congruente con el anhelo humano de echar raíz en las energías positivas.

Mas algo fundamental se pierde con este rechazo (el no al NO): justamente la capacidad de multiplicar los aciertos.

¡Siempre y en toda circunstancia logra más aciertos quién menos se confunde!

Hay de los que consideran que las victorias tienen su sino más bien y trabajan duramente para esto, mas esta labor demanda mucha energía y encara probabilidades desfavorables.

El coleccionista de los NO, por otro lado, sabe bien lo que debe evitarse y lo que se debe aprovechar. Al tener conocimiento preciso de lo que no hay que hacer, comprende lo que debe hacerse. Y esto representa, por último, un ahorro de energía.

Muchos llaman a esto “experiencia”, y en determinado sentido es adecuado. La vida da lecciones cada instante, y en la medida que más son y mayor tiempo transcurre, mucho mejor.

No obstante, hay un fallo sutil en el comprensión de las “experiencias” que se amontonan y el presunto beneficio que dan. Pues “experiencias” por último van a tener todos, y eso no garantiza nada conveniente.

A fin de que las experiencias sean positivas, se debe haber aprendido algo de ellas y transformado en condicionantes de acciones futuras. De este modo se trasciende de la sola experiencia a la experticia.

Tener consciencia de inconvenientes y contrariedades vividas no es suficiente, pues ello no garantiza el aprendizaje. La experiencia positiva no surge de la acumulación inercial de los acontecimientos negativos. Mucho menos si se tratan de olvidar o bien descartar.

El coleccionista de los NO que ha recibido en la vida, tiene bien presentes los acontecimientos negativos. Los identifica y registra meridianamente en su memoria. Los guarda como recursos apreciados y los contempla con cariño. ¿Semeja absurdo? ¡Puesto que no lo es!, por el hecho de que tras este proceso SI hay una experiencia auténtica y conveniente.

Ahora bien, ¡no hay que confundir las cosas! Esto no se trata de coleccionar inconvenientes, contrariedades, desazones y pesares. Es cuestión de identificar y clasificar los factores que produjeron todo. Allá está el NO. En esos elementos que provocaron el descalabro y la derrota.

No se guardan en la memoria los detalles del camino que se debe eludir, se recuerda la señal que afirma “NO tomar esta senda”. Detrás de ella se hallan los pormenores, mas es el cartel de NO el que define nuevos rumbos para el viaje.

Posiblemente en muchas circunstancias no se sepa qué hacer, mas ya hay recorrido ganado si se sabe lo que NO debe hacerse. ¡Y el coleccionista está de manera perfecta familiarizado con esto!

Saber qué hacer determina la probabilidad de lograr un acierto, en la medida en que comprender lo que NO debe hacerse, EVITA un yerro. Y en el cómputo general del desarrollo (singularmente si este se mide con la encalla de la Estrategia), lo segundo es más valioso que lo primero.

La vida no es una prueba de velocidad, es una carrera de resistencia. No alcanza éxito quién se mueve más veloz, sino más bien quién lo hace mejor. Esto bien puede traducirse en que el individuo triunfante es, por último, aquel que menos fallos comete, no el que alcanza más aciertos.

¿Hasta qué punto esto define una actitud conservadora cara la vida? Puesto que bien, la contestación surge de una precisión que hay que tener muy presente. No es exactamente lo mismo actuar con el anhelo de cometer menos fallos que tener temor a confundirse.

El coleccionista de los NO opera sin miedo. Exactamente por el hecho de que tiene mayor conocimiento de los obstáculos que deben evitarse. Conoce mejor la senda. Ha invertido esmero y tiempo en registrar y clasificar las señales de cautela. Acumula los carteles de alarma, no los olvida ni les tiene aprehensión, no procura descartarlos de la memoria por el hecho de que puedan considerarse reservorios de energía negativa.

No se “coleccionan” los NO por el hecho de que se les tenga miedo. Todo lo opuesto. Se lo hace pues se comprende que cada uno de ellos de ellos contiene lecciones incalculables.

Cargar por la vida una mochila llena de descalabros, dolor y amargura es otra cosa. Eso no guarda relación con el comprensión positivo de las “experiencias”. Hacer carne del NO tampoco. El coleccionista se halla lejos de esos sinsentidos. Él hace aquello que explica en buena forma una psique sana y productiva: observa impersonalmente los inconvenientes. Lo hace como quién guarda en una vitrina una compilación de autos en miniatura.

La compilación de los NO deja trascender de la experiencia a la experticia. De la lección a la proposición.

Por otro lado, asimismo ayuda a robustecer una actitud positiva frente a la vida, por el hecho de que solo puede llamarse “positivo” quien alcanza dominio de las fuerzas negativas que pueblan este planeta. Para estas personas, los NO son recelosos centinelas del acierto. Primero lo han conducido a él y después evitan que otros tomen el premio.

Afirma el budismo que “el dolor es ineludible mas el sufrimiento es opcional”. Puesto que bien, los NO de la vida asimismo son ineludibles, mas hacer de ellos una piedra de tropiezo o bien fundamento depende de cada quién.

¡Sea un coleccionista de los NO que ha recibido en la vida! Esa es la manera de tenderle convidación al éxito y decirle SI a la existencia.

DATOS DEL AUTOR.-

Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, radica en la urbe de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. En nuestros días se desempeña como Gerente de su Empresa, Asesor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Entrenador de Emprendedores.

Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”

WEB: www.elstrategos.com

Mail: [email protected]

Facebook: Carlos Nava Condarco – El Strategos

Twitter: @NavaCondarco

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