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El rehabilitado núcleo duro, entre Ferraz y la Moncloa, lo formarán 9 personas, entre ellas 5 ministros y el jefe de Gabinete del líder, Óscar López
Pedro Sánchez genera una nueva versión de sí. Se reinventa enmendándose. Corrige por completo la trayectoria que emprendió hace escasos 9 meses, en el último congreso federal del Partido Socialista Obrero Español, el número cuarenta, para despertar a su partido, aplicarle una potente terapia de choque con el fin de equiparlo cara la muy, muy dura batalla electoral, de más de un año, que se aproxima desde septiembre. El secretario general y presidente somete a su núcleo de poder a una cirugía profunda, sin contemplaciones, aupando a la primerísima línea de fuego a 3 pesos pesados —María Jesús Montero, Patxi López y Pilar Alegría— y repescando a una cuarta parte veterano —Miquel Iceta—. Sin tocar, sobre el papel, la figura del jefe del aparato, Santurrones Cerdán. El líder revoluciona el Partido Socialista, como hace un año hizo con su Gobierno, y con esto sofoca la ansiedad de sus filas, que le solicitaban un revulsivo para llegar hasta final de legislatura y encarar las consecutivas batallas con el PP (municipales y autonómicas en el mes de mayo, generales, de entrada, a fines de dos mil veintitres) con determinadas garantías. La renovación del corazón de Ferraz, como corroboraban cuadros federales y territoriales, más próximos y más distantes, ha sentado bien, marcha como un lenitivo para un partido muy tocado tras la debacle en Andalucía del diecinueve-J.
Por el hecho de que el golpe dado en la mesa por Sánchez es poderoso. Adriana Lastra precipitó los movimientos con su renuncia como vicesecretaria general, el pasado lunes. Mas con ella dio pie al líder a reconstruir su primera línea protectora, escogiendo perfiles curtidos, «identificables y sólidos», purasangres del Partido Socialista, respetados en todas y cada una de las latitudes, con «garra«. Exactamente para lanzar el mensaje, como afirmó en el discute del estado de la nación, de que «va a por todas y cada una». Que se revuelve contra el propósito de las encuestas, que ponen al PP primero.
Ninguno de los 3 ministros va a dejar sus departamentos: compatibilizarán así partido y Gobierno. Por el hecho de que esa es otra clave que persigue el jefe: más Gobierno para más partido
El comité federal de este sábado, veintitres de julio, afirmará amén —un plato precocinado y sin discute, como se dolían los sanchistas de pura cepa— a los cambios anunciados por goteo este jueves, en otra estrategia con perfección calculada por la Moncloa. Son múltiples. Uno, el presidente encumbra a su ministra de Hacienda, María Jesús Montero, una mujer de su entera confianza, como vicesecretaria general, en substitución de Lastra. Dos, Patxi López, el primer y único lendakari socialista de la democracia, el que contribuyó al fin de ETA, un líder de convicciones mas asimismo de «emociones«, como remarcan en la Moncloa, es rehabilitado y se transforma en el nuevo portavoz socialista en el Congreso, como relevo del canario Héctor Gómez, que llegó al cargo en el mes de septiembre pasado.
3, otra ministra, la de Educación, Pilar Alegría, acepta la portavocía del Partido Socialista, que se había escurrido muy frecuentemente cara la intrascendencia mediática a cargo de su precursor, el jiennense Felipe Sicilia, un alfil de la ya ex número dos. Cuatro: la restauración de Miquel Iceta, presidente del PSC. El ministro de Cultura y Deporte, experimentadísimo político y buen conocedor de las supones del poder, entra en la ejecutiva para ocupar la cartera que ahora deja el exlendakari, la de Memoria Democrática y Laicidad. Ninguno de los 3 ministros va a dejar sus departamentos: compatibilizarán así partido y Gobierno. Pues esa es otra clave que persigue el jefe: más Gobierno para más partido.
María Jesús Montero, nueva ‘número 2’ del Partido Socialista Obrero Español tras la renuncia de Adriana Lastra https://t.co/VquNhf4Ktc pic.twitter.com/6gXCsf28Mf
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El auténtico nuevo poder socialista
Quinta señal: Beatos Cerdán sigue al frente de Organización, ahora con un adjunto, el joven miembro del Congreso de los Diputados por Jaén Juanfran Serrano, que ya trabajaba con él en la quinta planta de Ferraz. Serrano cede su área, la de Acuerdo de Toledo e Inclusión, a Iván Fernández, regidor de Corvera (Asturias), el nombre que Sánchez había pactado con el jefe del Principado, Adrián Barbón, para cubrir la plaza de Lastra.
Sánchez se reinventa una vez más y reconoce, de forma tácita, que el 40º Congreso fue errado, pues ha debido mudar el motor tras la debacle andaluza, el enorme aviso serio recibido hasta el momento
Y sexto movimiento: el reciclaje de los ‘maitines‘, la asamblea de todos los lunes que concentraba al núcleo duro de la Moncloa y Ferraz. Sánchez monta un conjunto de resolución al límite nivel para conducir las bridas de la estrategia y del alegato. Círculo limitado en el que penetrarán 5 ministros —María Jesús Montero (Hacienda), Félix Bolaños (Presidencia), Pilar Alegría (Educación), Isabel Rodríguez (portavoz del Ejecutivo) y Miquel Iceta (Cultura y Deporte)—, más los portavoces de Congreso (Patxi López) y Senado (Eva Granados, que se sostiene), el secretario de Organización (Santurrones Cerdán) y el directivo de Gabinete del presidente, Óscar López, otro veterano del Partido Socialista ya salvado tras la extensa rehabilitación del Gobierno del año pasado. Esas 9 personas forman el modernizado primer anillo de confianza de Sánchez. Son sus pretorianos. Ahí descansa el auténtico nuevo poder socialista, encargado de aceitar y regular mejor la acción de Ejecutivo y partido. A fin de que nada chirríe y para multiplicar los decibelios de los mensajes.
La recomposición de la bóveda dejaba jugosas lecturas en clave interna. La más evidente, la que siempre y en toda circunstancia se remarca, si bien quizás no lo bastante, es que solo manda y decide el presidente. Solamente . Ha conversado en los últimos días con los barones, mas no ha consultado con ellos los nombramientos, y le dieron carta blanca, «confianza» a fin de que hiciese los movimientos que considerara oportunos. Por eso es Sánchez el que se reinventa otra vez, reconociendo implícitamente que el 40º Congreso, el de octubre pasado, en València, el de la unidad socialista, fue errado en lo político, pues a los 9 meses ha debido mudar el motor tras un golpazo severísimo en las urnas: Andalucía.
Ahora el presidente apuesta, insisten en su ambiente y reconocen fuera de él, por valores «seguros«, líderes de «probada solvencia«, pesos pesados «y no pesos pluma«, voces autorizadas. Capaces de enfrentarse con el PP en la «gran batalla» que empieza en un mes. «No podíamos no tomar resoluciones», destacan fuentes gubernativos. Las que se adoptan ahora afectan al Partido Socialista, no al Ejecutivo, que el líder prefiere no tocar de momento. Si bien ya nada se descarta.
.@patxilopez va a ser el nuevo portavoz del Partido Socialista Obrero Español en el Congreso y @Pilar_Alegria ocupará la Portavocía del Partido Socialista Obrero Español en substitución de Felipe Sicilia https://t.co/TWEsc6DVJ8 pic.twitter.com/7KEo1oyWJD
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Hernando no pasa a Ferraz
Sánchez sepulta por segunda vez el sanchismo. Ya lo hizo hace un año, cuando fichó para su Gabinete a ministros y altos cargos que no le habían apoyado en las primarias de dos mil diecisiete. Ahora confirma ese paso. El propio Patxi López compitió contra él en aquella batalla, y quedó tercero, y si bien prosiguió en las dos siguientes ejecutivas, jamás formó una parte de su círculo de confianza. Y Pilar Alegría fue la portavoz de campaña de Susana Díaz. Montero asimismo había militado en el susanismo, mas soltó amarras cuando Sánchez la incorporó a su Gabinete en dos mil dieciocho. Por último, no ha llevado a su amigo Antonio Hernando, salvado el año pasado, a la ejecutiva, como se especulaba, mas su papel en la Moncloa, como dos de Óscar López, proseguirá siendo protagonista. Y ahí está otra clave: la Moncloa coloniza Ferraz mas para asegurar la coordinación entre los dos espacios.
¿Gana Cerdán sobre Lastra? Sobre el papel, sí, pues se sostiene en su cargo, mas hay quienes piensan que no le queda «hueco político». Él se dedicará al aparato puro y duro, como hasta el momento
¿Y gana Cerdán sobre Lastra? La contestación no es tan fácil, y la prueba es la distinta interpretación de los líderes. Para unos, el jefe del aparato vence con nitidez. «El compromiso, el trabajo y la fidelidad son valores al alza, y ahí Santi gana», resalta una baronesa autonómica. «Le da fuerza para lo propio, que es el partido», coincide otro líder territorial. «Nos agrada que se sostenga, por el hecho de que es una persona trabajadora, prudente y que ayuda siempre y en toda circunstancia», abunda un jefe de un aparato regional. «Es el carácter que se precisa», el que Sánchez ha buscado, observa otra presidente regional.
Para otros mandos, Cerdán se deja pelos en la gatera, por el hecho de que no tiene «ningún hueco político» y se dedicará únicamente a la interlocución con los territorios, a la fontanería pura y dura. Él va a conducir el aparato, y solamente, por el hecho de que del alegato y la estrategia y la proyección mediática se encargarán Montero y Alegría. «En las guerras absolutamente nadie gana», «ya no va a ser lo que era«, resaltan un presidente autonómico y un veterano. «Santurrones no gana. Ahora, es complicado poner a otra persona en esa labor con la maquinaria electoral ya engrasándose en todos y cada uno de los territorios. Es una resolución pragmática», firma un miembro de la bóveda. «Gana Santurrones, mas no: gana Pedro sobre Adriana», remarca otra responsable muy conocedora de las tensiones habidas en la cúspide.
«Acierto total, todos «
En favor de Cerdán opera que aúpa a su lado a Juanfran Serrano, aunque hay quien este jueves interpretaba que realmente ese cargo le resta poder. En el ambiente del responsable de Organización se negaban a hacer lecturas de campeones y vencidos, pues el secretario general ha dado «un nuevo enfoque» al Partido Socialista y ha acotado mejor las parcelas de poder entre la dos y el tres: si bien formalmente hay bicefalia, no es previsible que broten fricciones, ya que la titular de Hacienda, sin apenas carrera orgánica, se empleará a fondo en la proyección mediática, igual que Alegría, con la que Cerdán tiene «buenísima relación«, dada la tradicional cercanía de las federaciones navarra y aragonesa.
El partido festeja que lleguen a primera línea voces autorizadas y “reconocibles”, “sólidas”, para enfrentarse con el PP y proyectar la acción del Ejecutivo
Por otra parte, Lastra ve sacrificado a Sicilia, si bien la sucede Montero, amiga personal suya y a quien felicitó afectuosamente en Twitter. Mas aun aquellos cercanos a la líder asturiana apuntan que la titular de Hacienda entra más por «cuota andaluza» y por su calidad y lealtad a Sánchez, al lado de afinidades personales. Ella es el semblante más «potente» de la nueva dirección, si bien fuentes del partido asimismo advierten de la complejidad de conjuntar la labor institucional y orgánica, proteger al Gobierno «sin ataduras» desde Ferraz y después parecer imparcial desde un ministerio tan capital como Hacienda.
Merced a toda la militancia socialista, gracias por lo tanto cariño que he sentido y recibido estos días. Ahora necesito reposo y reposo, mas en unos meses nos vamos a ver en las Casas del Pueblo. Os quiero.
— Adriana Lastra (@Adrilastra) veintiuno de julio de dos mil veintidos
El partido festeja el ascenso de Montero, Alegría y López, por su mayor relieve. En el exlendakari se resalta su «autoridad ética» frente al PP por su «uso del terrorismo». «Él conoce bien a Bildu y tiene más legitimidad para acordar con ellos (o no) y tiene cogida la medida al PNV», agregan desde su federación, el PSE, que lideró entre dos mil dos y dos mil catorce. López concita práctica unanimidad en el partido.
Hay quienes critican, sin embargo, la «monarquía absoluta» de Sánchez, y sus fieles más puros lamentan que no haya discute en el comité federal
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«Acierto total, todos. Es una vuelta al Partido Socialista Obrero Español que el sanchismo, no Sánchez, había injuriado», «todo va a mejor», «contentos«, «aumenta la potencia de la ejecutiva federal», «agradan los 3 por el vigor que prueban en la defensa de la labor que hace el Gobierno», «es lo que solicitábamos», «impulso y a espabilar«, se escuchaba por boca de diferentes líderes, desde barones territoriales a mandos intermedios y cuadros ya apartados de la primera línea. Todos, por el momento, satisfechos con el golpe de timón. Si bien asimismo ciertos cargaban contra la «monarquía absoluta» del presidente, o echaban en falta referentes feministas o cuadros que «le contrarresten», y los sanchistas más puros recordaban con decepción que la promesa de democracia interna que enarboló en la batalla fratricida de dos mil diecisiete casaba mal con la ejecución de unos cambios que llegan servidos al comité federal del sábado, sin deliberación anterior.
En el Partido Socialista se respiraba este jueves de forma diferente. El partido, siempre y en todo momento ciclotímico, recobraba aire tras una zozobra de múltiples días.