Tras seiscientos setenta partidos con el F.C. Barcelona y de ciento catorce con la selección, a Sergio Busquets no se le ha agotado ni la sabiduría ni la fuerza física para dar otra lección de futbol en el sala magna que es el Santiago Bernabéu. El cinco blaugrana prosigue honrando la camiseta que un día decidió legarle, expresa y solamente, su no menos reputado e ilustre antecesor: Carles Puyol.
Ha venido otro viejo compadre de sus años jóvenes, Xavi Hernández, a salvar a Busquets del deslizadero cara el ocaso, empujado por las críticas y, asimismo, por el diferente rol que iba ejercitando en el campo, apartándose poco a poco más del modelo de mediocentro para el que fue iluminado y encumbrado va a hacer catorce años.
Prosigue siendo exactamente el mismo, para lo bueno y lo poco malo. Es parco hasta en el terreno de juego, lo que es una virtud. Ahorra hasta en los pases. El setenta y ocho por ciento de los que dio el último día de la semana frente al R. Madrid los dio a uno (treinta y seis por ciento ) y dos toques (cuarenta y dos por ciento ), y en los sobrantes diecisiete pases dio 3 toques al balón (diez) o más. Busquets no se entretuvo hasta el minuto noventa y uno, cuando dio 6 toques seguidos al cuero. Por aquellos instantes, se le vio asistir a dos presiones a Courtois, algo tan inusual como superfluo.
El capitán del Barcelona intervino ochenta y cuatro veces en los noventa minutos. Falló 3 pases, mas dio 3 servicios verticales que dejaron a Alba, Pedri y Ferran tras la defensa en franca ventaja. Perdió 4 balones, recobró doce, hizo dos faltas y recibió dos. Vio una tarjeta por sujetar a Milito, que empezaba un contragolpe, y produjo dos, a Kroos y Camavinga.
Busquets ha jugado cuarenta de los cuarenta y uno partidos de la época, el noventa y siete por ciento : solo se perdió el de Mallorca pues estaba sancionado.
Solo son números. Geniales, sin ser los mejores, por el hecho de que Jordi Alba dio más pases y Eric Garcia consiguió mejor porcentaje de acierto en el pase. Las imágenes asisten a describir el despliegue de Busquets en el coliSeo blanco. Conforme el mapa de calor, se podría inferir que se trataba del Camp Nou.
El mediocentro del F.C. Barcelona, por ende el centrocampista más retrasado y cercano a los centrales, estuvo más tiempo en la teorética situación de mediapunta que de mediocentro. O sea, pisó más los alrededores del área de Courtois que la de Ter Stegen. La comparación con Casemiro, su análogo en el la villa de Madrid, el líder de la Liga, ayuda valorar la propuesta de Xavi en contraste con la de Carlo Ancelotti en el duelo directo.
Se exhibió el Barcelona en el Bernabéu, nuevamente, y apartado del fulgor de los flashes, algo que es usual desde el momento en que dejó de ser una novedad en el primer equipo, Busquets, en su invisibilidad, dejó el indicio del aroma de futbol que extendió el once de Xavi. Aquel fragancia que continúa en la atmosfera por un buen tiempo que corra. Terminó el partido hablando a los micrófonos de Movistar. Esta vez con media sonrisa en la boca, tras haberse comido múltiples cobrizos de las derrotas precedentes. El equipo le ovacionó al entrar al vestuario.
Busquets: «No pensábamos en el resultado que ha sido mas sí en hacer el partido que hemos hecho, en ser protagonistas, en tener el balón, en presionar arriba». #ElClásico #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/x0X9RhnzKv
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Todos le aclamaron, por ser el capitán y por ser el tipo que siempre y en toda circunstancia ayuda en el césped; en ocasiones ofertando una línea de pase, en ocasiones oscureciéndose arrastrando un contrincante, sabiendo cuáles son las necesidades del conjunto, perdido ya el anhelo de estrellato si es que alguna vez lo tuvo. Mas está en todas y cada una partes, siempre y en todo momento indispensable, como proclaman los números. Luis Enrique se ha apiadado de él y le ha dado reposo en la selección.
Busi! Busi! Busi! Busi! pic.twitter.com/Arllhixzuu
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Irremplazables vacas sagradas
El capitán ha jugado el noventa y uno por ciento de los minutos posibles. Solo le supera Ter Stegen; por detrás aparecen Alba y Piqué.
Xavi no lo hace por el hecho de que el F.C. Barcelona no juega amistosos, así que Busquets es el jugador de la plantilla que más partidos ha disputado (cuarenta de cuarenta y uno, el noventa y siete por ciento del total) y el primero de campo en minutos (tres.429 de tres.750 posibles, el noventa y uno por ciento ), tras Ter Stegen. Prosiguen a Busi las otras vacas sagradas de la plantilla.
Se sabe que Alba no tiene substituto, en ausencia de otro lateral izquierdo. Gerard Piqué compite con 5 centrales más (Araujo, Mingueza, Eric y Lenglet, más Umtiti, lesionado) y es dueño de una de las dos plazas. Busquets, que cumplirá treinta y cuatro años el próximo dieciseis de julio, solo se ha perdido el primer partido del año: la visita a Mallorca. Estaba sancionado.
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«Busi es un jugador indispensable». Xavi mentó esa oración al regreso de la derrota frente al la capital de España en Arabia Saudita (dos-tres), y antes que el F.C. Barcelona cayese asimismo en la Copa en San Mamés. Era mediados de enero.
Prosigue siendo «esencial», «irremplazable», «increíble» y «principal», afirmó el adiestrador el sábado, regándole de encomios, agradecido a un alumno que es asimismo un amigo. “Ha dado un desempeño de manera escandalosa bueno, y aun así ha sido criticado como el que más. Imagínate la que les va a caer a los que vienen por atrás», auguraba Xavi, que ya pasó por esa fase cuando era jugador. Pobres.