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¿Por qué usar un irrigador dental en casa?

Hasta hace unos años, el irrigador dental era un instrumento de higiene de uso exclusivo en las clínicas de odontología. Una pequeña herramienta de tipo eléctrico que dispara agua a presión sobre los dientes y las encías. Sin embargo, hoy ya se trata también de un producto que podemos usar en casa para disfrutar de una mayor sensación de limpieza bucodental. 

El chorro de agua que produce el irrigador dental llega hasta esas zonas de la boca a las que no tenemos acceso con el cepillo de dientes (el borde de las encías, el área interdental. ciertas superficies traseras de los dientes, etc.). La fuerza del agua puede arrastrar más fácilmente la placa bacteriana, produciendo por tanto una limpieza mucho más profunda que la del simple cepillado. 

Si deseas contar con un aparato como este, busca aquí el mejor irrigador dental. Una guía en la que vamos a poder encontrar los 10 mejores irrigadores dentales del 2019. La comparativa nos mostrará información práctica de cada irrigador, el mejor precio con su enlace de compra, así como sus ventajas y desventajas para poder elegir el que mejor se adapta a nuestras necesidades. 

Ventajas de usar un irrigador dental

El irrigador dental se puede usar una vez nos hayamos cepillado los dientes. Las ventajas de su uso en casa son más que evidentes y los resultados los vamos a poder apreciar muy pronto, siempre y cuando lo usemos de la manera más adecuada. 

Por un lado, se trata de una herramienta que se encarga de reducir la placa dental. Como acabamos de decir, el chorro de agua emite carga contra esta placa que se adhiere a los dientes y la desplaza de forma más fácil. Especialmente esa placa que se halla en las zonas de más difícil acceso para el cepillo. 

Al reducir la placa, se va a conseguir prevenir las inflamaciones en las encías y se reducirá el mal aliento. Las inflamaciones en las encías son el principal causante del sangrado de las mismas. De no corregir a tiempo este problema, es muy probable que podamos sufrir una enfermedad dental que pueda desembocar incluso en la pérdida de piezas dentales. 

El irrigador dental también es capaz de limpiar las manchas superficiales de los dientes. De esta forma, vamos a poder disfrutar de una sonrisa mucho más blanca y de unos dientes bien alineados y en perfecto estado de salud. La sensación de frescor y limpieza que se produce tras pasar el irrigador es realmente única. 

Una limpieza eficaz que se puede llevar a cabo aun teniendo en la boca cualquier tipo de ortodoncia. Quiere esto decir que el irrigador dental es ideal para todo tipo de personas, independientemente de su edad y su estilo de vida. 

Cómo utilizar un irrigador dental

El funcionamiento de un irrigador dental es realmente muy sencillo. Sí es cierto que cada uno de ellos puede resultar diferente, por lo que resulta más que recomendable usar la boquilla que mejor se adapte a las necesidades de cada uno. Esta boquilla es la que se coloca en la cánula del irrigador para su uso. 

El irrigador viene con un depósito que debemos llenar con agua y a la que podemos añadir algún producto más de limpieza o de protección para los dientes y encías. A continuación, hay que seleccionar el nivel deseado de presión del agua y pulsar el botón que haga funcionar el aparato. 

Lo ideal es colocar el irrigador dental en un ángulo de 90 grados con respecto a las encías. De esta manera, el irrigador podrá desplazarse mucho mejor por las zonas más difíciles y la presión del agua llegará a todas las cavidades de la boca. 

En definitiva, el irrigador dental es uno de los productos de limpieza bucodental de uso doméstico más populares en los últimos años. La eficacia que tiene está fuera de toda duda, ya que desde siempre ha sido una herramienta utilizada en cualquier consulta de odontología. Un producto, por tanto, recomendado por cualquier dentista y que ahora podemos adquirir a un precio realmente interesante.

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