Cambian los modelos, la estética y las posibilidades, mas uno de los aspectos que se sostiene impasible en la enorme mayoría de vehículos, sea del tipo que sea, es el de la imposibilidad de bajar completamente la ventana trasera.
Si bien semeja que el origen de la restricción sea por motivos de seguridad, al ser el espacio frecuentemente ocupado por pequeños e inclusive por animales familiares, la realidad es que el genuino motivo debe atribuirse al diseño, por la carencia de espacio efectivo para poder bajar las lunas hasta el final a raíz de los neumáticos traseros.
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Y es que las ruedas siguientes están situadas en una situación que impide el pleno recorrido de las ventanas de detrás, al hacer una forma de arco con el paso del eje trasero en la mayor parte de vehículos de tamaño pequeño y mediano.
Cabe aguardar que esta pequeña restricción cambie con la evolución de los modelos automovilísticos, en los que cada vez hay mas oferta de automóviles de dimensiones más extensas y con más posibilidades de encajar los elementos en un espacio más extenso.
