El oficio de vigilante de seguridad es un trabajo arduo, de mucha responsabilidad, en el que se exige, de acuerdo con las normativas legales vigentes, uniforme y el uso de placas e insignias identificatorias, que estén a la vista y tengan el correspondiente número de registro de la persona que las lleva. Estas placas e insignias se pueden encontrar de manera cómoda y segura hoy en día, gracias a empresas especializadas que las fabrican cumpliendo con todos los requisitos de la ley.
El trabajo de vigilante de seguridad no es nada fácil, requiere preparación, entrega y mucha responsabilidad, ya que sobre ellos recae el resguardo de la integridad de los bienes y personas que estén bajo su cuidado.
Los vigilantes son altamente apreciados en sus sitios de trabajo, por las labores de protección que cumplen en beneficio de todos; y pese a que no son propiamente agentes de autoridad, aunque en su momento lo fueron, sí tienen jurisdicción en el lugar donde se encuentren para mantener el orden.
Todo vigilante de seguridad privada es responsable del área que se le asigne resguardar, por lo que si ve alguna actividad o conducta que contradiga las reglas establecidas, tiene la autoridad para actuar, incluso con la fuerza si fuera necesario. Por ejemplo, si está vigilando unas instalaciones deportivas en las que está prohibido ingerir licor y hay un grupo de personas que lo esté haciendo, tiene el deber de invitarlos a que dejen de beber, y si insisten deberá llamar a las autoridades competentes para que se los lleven del lugar, siendo casos extremos, pero que suceden.
Toda vigilante privado debe cumplir ciertos requisitos básicos, de acuerdo con lo que establecen las normativas legales que regulan el ejercicio de la actividad, entre ellos contar con la preparación adecuada, estar registrado ante los organismos competentes y llevar uniforme, insignias y placas homologadas en un lugar visible de las prendas de vestir, que estén plenamente identificadas con el número de registro.
Hay empresas especializadas en la elaboración de estas placas especiales, entre las que destaca la compañía Insigpol, por su alto profesionalismo y calidad en los productos que realiza, ya que además cuenta con la licencia expedida por la Policía Nacional para fabricarlas, venderlas y distribuirlas en toda España.
Sus productos son altamente apreciados por las compañías de seguridad del país y por vigilantes privados, quienes siempre acuden a Insigpol para elaborar sus necesarias placas e insignias de identificación, las cuales pueden pedir incluso de forma online para que sean enviadas a sus correspondientes domicilios, previa presentación del carnet de vigilante.
Tipos de placas
Hay básicamente dos tipos de placas de vigilante de seguridad, una de PVC y la placa vigilante seguridad metálica, que es la más común, por cuanto se han fabricado en ese material desde siempre.
Estas placas son elaboradas con materiales de primera calidad y finos acabados, que le dan una apariencia muy hermosa, además tienen su imperdible, para que queden bien colocadas en la prenda sobre la que se quiera usar.
Las placas de metal son las más tradicionales, son altamente resistentes al paso del tiempo y a las condiciones normales de trabajo a las que habitualmente se someten; y con el imperdible quedan muy bien sujetas sobre el uniforme.
También está la placa vigilante de seguridad PVC con velcro, que se está popularizando mucho últimamente por todas las ventajas que ofrece, por ejemplo, por el hecho de ser muy livianas y que no activan los sistemas de alarmas de los arcos detectores de metales.
Además son muy fáciles de colocar y retirar, con su sistema de ‘quita y pon’ que provee el velcro que va pegado detrás de la placa y cosido en la prenda, de manera tal que cuando se coloca la placa de PVC, el velcro queda totalmente oculto a la vista.
Es un material muy resistente, que queda con un buen acabado, y con una belleza estética incomparable. Además, también está homologado por los organismos competentes y puede usarse sin ningún problema en cualquier parte.
Ambos tipos de placa todavía coexisten en los distintos servicios de vigilancia privada, aunque la de PVC está ganando terreno, debido a que las de metal están comenzando a ser sustituidas por las que indicamos, tal como está sucediendo con las de la policía uniformada; pero por ahora ambos modelos son válidos para utilizar.
Placas para guardas de campo
En el ámbito rural también hay un tipo de vigilante privado como el de las ciudades, pero que vigila huertos, olivares, montes, terrenos y demás sitios rústicos, al que se le denomina ‘Guarda de Montes’, quien también debe llevar su insignia reglamentaria, en este caso denominada placa guarda de campo, la cual tiene su diseño particular que la diferencia de las usadas por los vigilantes privados de la ciudad.
El guarda de campo tiene la particularidad de que puede ejercer el oficio sin pertenecer a una empresa de seguridad privada, es decir, por cuenta propia y de manera autónoma, lo cual le da una gran ventaja desde el punto de vista laboral. También trabaja en áreas marítimas con fines pesqueros y establecimientos de acuicultura, que también entran en la categoría de zonas en ámbitos rurales.
Una área con mucha demanda
Los servicios de vigilancia privada son muy solicitados en las ciudades, por cuanto son de gran ayuda para la seguridad en todo lugar, desde una pequeña tienda que vende enseres para el hogar, hasta grandes corporaciones que tienen miles de trabajadores activos en sus industrias, pasando por centros de salud, instituciones educativas, comunidades de vecinos y residencias particulares.
Siempre se requiere personal de vigilancia privada para todo negocio o industria, y en muchas casas unifamiliares también se está contratando para estar más protegidos ante cualquier incursión de personas no deseadas; por tal razón, la oferta de profesionales que prestan estos servicios es muy alta.
Por suerte siempre hay quienes se interesan por este oficio y se preparan para prestarlo como debe ser, para lo cual hay academias e institutos especializados que ofrecen la formación necesaria en distintas modalidades, de forma presencial y vía online, incluso hay cursos gratuitos que también son válidos y se pueden aprovechar.
Solo hay que buscar en internet la vasta gama de opciones, elegir el curso que más se adapte a las necesidades y posibilidades, hacerlo para obtener el correspondiente certificado y acercarse a una de las agencias de vigilancia privada para ofrecer los servicios.