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Land Rover Santana ciento nueve Serie II: preparación extrema

El día de hoy rendimos homenaje a un capítulo notable de la reciente historia industrial de España. Los Land Rover fabricados en Linares por Metalúrgica de Santa Ana desde mil novecientos cincuenta y ocho representaron un paso de gigante en la industrialización de un país que procuraba recobrar el tiempo perdido y entrar de cuajo en el siglo veinte.

Merced a los pactos con The Rover Company Limited y el ahínco de unos inversores privados, se hizo el milagro, transformando unos terrenos pecuarios (Finca Santa Ana), en Linares (Jaén), en una moderna factoría de maquinaria agrícola primero y, más tarde, de los vehículos todoterreno que dieron renombre mundial a Metalúrgica de Santa Ana, SA

El impecable Santana ciento nueve Serie II («109» menciona a la distancia entre ejes, en pulgadas) que puedes ver en las fotografías fue matriculado nuevo en el último mes del año de mil novecientos setenta y dos. Es de los últimos ejemplares producidos de este modelo, que fue reemplazado el próximo año por la Serie III. El vehículo llegó a las manos de su actual dueño el año pasado, un tanto descuidado y con gastados neumáticos de carretera. Con lo que en el momento en que unos amigos con experiencia en los Land Rover de Santana le plantean embarcarse en un acontecimiento de todoterrenos tradicionales por África, decide acometer una completa rehabilitación del vehículo. El propósito no era desmontar el turismo hasta el último tornillo, sino más bien restaurarlo a conciencia, mas preservando la pátina que le dan los años.

El dueño nos resume el porqué: «Cuando llegas a las 5 décadas en este planeta orate, un día logras pararte a meditar, prácticamente involuntariamente, y echas la vista atrás… Entonces miras otra vez cara adelante y meditas, para percatarte de que jamás llega el instante idóneo para nada. Ya te ha pasado múltiples veces. Entonces, sencillamente, debes decidirte, corregir el rumbo y darte el capricho.»

Descapotable

Tras más de 45 años de funcionamiento, la estructura y el bastidor del Santana estaban en buen estado, lo que habla de la buena calidad del vehículo, desarrollado para aguantar el trato duro. La preparación se centró en revisar la carrocería, actualizar las suspensiones y también instalar neumáticos todoterreno con exactamente el mismo diámetro que los originales, mas en medida actual y desprovistos de las inmemoriales cámaras de aire.

Las nuevas llantas para estos neumáticos ofrecen bombeo negativo, y así se ensancharon las muy, muy estrechas vías originales, un detalle esencial para progresar la estabilidad y la estética, puesto que las ruedas ya no quedan ocultas cara adentro en la carrocería. Para cubrir los neumáticos por su flanco externo y superar la homologación en la Inspección Técnica de Vehículos fue preciso instalar aletines en los pasos de rueda, con un diseño muy atinado que no rompe la silueta tradicional de este Land Rover.

En los Santana, el techo metálico está atornillado al resto de la carrocería, mas en un caso así se ha desmontado y reemplazado por una tela sosten por arquillos. El cambio estético resulta increíble y, enrollando la tela a los lados, se transforma de forma rápida en un ameno descapotable. De esta manera, cualquier paSeo se transforma en un safari; gozan los pequeños y prácticamente igual o bien más los mayores. Por otro lado, una de las grandes ventajas de los Land Rover es la enorme cantidad de piezas de reposición o bien mejora libres en el mercado, singularmente en el R. Unido. Mas con tanto equipamiento para escoger, hay que dejarse asesorar y tener claras las ideas y el presupuesto para eludir sorpresas.

Renovación completa

Land Rover Santana ciento nueve Serie II

De darle un buen repaso a la mecánica se ha encargado Tom Sonor, un especialista en Land Rover, que no ha dejado rincón sin comprobar: motor, culata, inyectores, transmisión, filtros, manguitos, substitución de rótulas de dirección y una completa renovación del sistema eléctrico. El resultado es refulgente, y el Santana no ha fallado en un año ni una vez.

Una enorme mejora para rodar por carretera es la instalación de la sobremarcha o bien overdrive, una caja de engranajes auxiliar al cambio de velocidades que deja exender el desarrollo final (+28 por ciento ), al objeto de acrecentar la velocidad de crucero, reducir el estruendos interior y el consumo de comburente.

El montaje de accesorios y los retoques finales para la homologación de las reformas en la Inspección Técnica de Vehículos han corrido al cargo de Vicente Segarra (BNB Garaje). En este apartado resalta el montaje de un cofre de equipaje en el lateral izquierdo de la carrocería del vehículo, un sitio hueco y desaprovechado en la carrocería original que resulta ideal para llevar herramienta, eslingas y pequeños implementos de rescate. La preparación se corona con un cabrestante eléctrico Warn, de diseño tradicional y realmente bien integrado en la línea frontal del vehículo. Este elemento da al Santana mayor presencia y empaque, aparte de resultar de mucha ayuda en el caso de atranco.

Un tradicional

Land Rover Santana ciento nueve Serie II

Si jamás has conducido un genuino Santana, te pierdes una enorme experiencia. El asiento es alto y duro, sin apoyacabezas ni unión lateral, mas te encaramas a él con una sonrisa dibujada en tu semblante. El gran volante ya te da una idea de que las leyes de la palanca se enunciaron por algo. Vas a precisar músculo. Una dirección asistida sería realmente bien recibida, en especial para circular por urbe o bien en caminos estrechos.

Como puedes imaginar, la carretera no es su terreno preferido, falta potencia y velocidad, y sobra estruendos en el habitáculo, singularmente en un caso así con el techo y las paredes de tela. El montaje de la sobremarcha resulta determinante para elevar la velocidad de crucero de ochenta km/h a unos noventa o bien noventa y cinco km/h, un enorme cambio en el momento de encarar con dignidad cualquier desplazamiento. Con el overdrive conectado, la velocidad punta actual del vehículo roza los ciento cinco km/h, con el motor llegando a voces a su límite de revoluciones. El consumo de gasóleo medio ronda los quince litros cada 100 quilómetros, lo que, con el pequeño depósito de gasóleo original, le da una escasa autonomía de trescientos quilómetros.

Desde nuestra opinión es, sin embargo, un detalle intrascendente para un vehículo de otra temporada y desarrollado pensando en otros escenarios. A este Santana puedes demandarle en todo género de caminos, con piedras, pasos embarrados o bien areniscos, por el hecho de que no se descompone ante cosa alguna, si bien debes agredir los pasos con la prudencia que demanda el manejo de tan ilustre tradicional. En cualquier situación lejos del asfalto (y en los baches de las carreteras, asimismo), el confort destaca por el hecho de que no está, singularmente debido a las muy duras ballestas originales (con nada menos que 13 hojas en el caso de las traseras). Los cortos desarrollos y la eficiente reductora resultan determinantes para superar empinadas rampas y situaciones comprometidas, y, piano, piano, vas a llegar considerablemente más lejos de lo que jamás pudiste imaginar con únicamente sesenta y siete CV. Si el camino se dificulta, con un tanto de experiencia y leyendo bien las trayectorias, este Land Rover siempre y en todo momento te va a sacar del apuro.

Exceso de confianza

Land Rover Santana ciento nueve Serie II

Mientras que retornamos de vuelta a casa tras la prueba, su dueño nos cuenta una jugosa anécdota que le sucedió el primero de los días que salió a probar el Santana tras la restauración. «No tenía ninguna experiencia en conducción todoterreno, mas estaba persuadido de que mi Santana era capaz de todo; un titán del barro y la arena. Para probar el turismo se me ocurrió rodar por la playa cerca de casa. Naturalmente, iba con toda la familia a bordo, gozando del instante. Todo iba perfecto mientras que circulamos por tierra aproximadamente firme, mas en el tramo de regreso me pudo la emoción y me aproximé a la ribera, hasta tocar el agua. Al instante las ruedas se hundieron en la arena, y el Santana quedó apoyado en las ballestas, con el agua tapando los neumáticos.

La situación se volvió muy tensa en segundos, pues no había forma de sacarlo de allá. Como me habían explicado, puse la palanca en 4×4 y engrané la reductora, mas no había manera; las ruedas resbalaban y hurgaban la arena suelta y la grava enana. El turismo quedó encallado y con riesgo de ser tragado por el mar, mientras que la marea iba subiendo. Con toda la familia alrededor aguardando lo peor, sucedió el milagro. Nuestro Santana atrajo la mirada de un experimentado apasionado que, mientras que paseaba por la playa, se aproximó a echar una ojeada. «Tienes los liberadores de rueda desconectados», sentenció. Con un veloz giro de su mano conectó los liberadores de las ruedas delanteras y, ahora sí, comenzó a marchar verdaderamente la tracción 4×4.

A mano retiramos arena de tras los neumáticos, y me aconsejó que pusiese las alfombras de los pies como planchas. Me hizo subir al vehículo y, con sus instrucciones, el Santana comenzó a traccionar y, poquito a poco, logramos dejar atrás el atranco. Me distancié de la ribera lo más veloz que pude. Paré, bajé del turismo y, con un fuerte abrazo, agradecí eternamente a mi salvador y fugaz amigo su inestimable ayuda. Ese día aprendí mucho de la pasión por los 4×4 y que no se pueden ignorar las leyes de la física».

Land Rover Santana ciento nueve Serie II

Ficha técnica del Land Rover Santana ciento nueve Serie II (preparación)

Motor cuatro TG. Ciclo Gasoil. Bloque y culata de fundición de hierro. cuatro tubos on-line. dos mil doscientos ochenta y seis cc
Potencia sesenta y siete CV a cuatro.000 rpm
Par ciento cuarenta y cinco Nm a mil ochocientos rpm
Largo / ancho / alto cuatro,44 m / uno con setenta m / uno con ochenta y seis m
Frenos De tambor en las 4 ruedas (doscientos setenta y nueve mm de diámetro) con accionamiento hidráulico
Bastidor Largueros y travesaños en escalera
Tracción Permanente a las ruedas traseras, con tracción delantera conectable manualmente a través de palanca. Desconexión de las ruedas delanteras a través de liberadores manuales
Suspensiones Delante y detrás: eje recio, con ballestas semielípticas de gas
Neumáticos 235/85-dieciseis 120/116S, sin cámara
Masa en orden de marcha mil setecientos cinco kg
Cambio Manual, cuatro velocidades, con sobremarcha +28 por ciento
Depósito de comburente cuarenta y cinco litros

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