Desde el momento en que se suprimió el peaje en la AP-siete se han aumentado los accidentes de tráfico. Por esta razón, las autoridades han tomado múltiples resoluciones que afectan a esta autopista: reducir la velocidad e instalar radares.
En lo que llevamos de dos mil veintidos, la autopista AP-siete amontona ya veintitres víctimas mortales (un diecisiete por ciento de las ciento treinta y cinco personas que murieron en las carreteras de Cataluña) y cuarenta y cinco heridos graves. Y es que desde el instante en que se quitaron los peajes de esta carretera, hace algo más de un año (esto ocurrió en el mes de septiembre de dos mil veintiuno), los accidentes se han aumentado en un cuarenta por ciento y los atascos hasta en un noventa y ocho por ciento .
Por esta razón, ahora han llegado a un pacto el Servicio Catalán de Tráfico (SCT) con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana a fin de que, en unos dos o 3 meses, se consiga reducir la velocidad máxima establecida en 3 zonas de la AP-siete y, al tiempo, instalar un nuevo radar de tramo.
A qué tramos de la AP-siete afecta la medida
En conjunto, se van a ver perjudicados ochenta y dos quilómetros de la autopista AP-siete y el propósito de estas medidas es el de reducir la siniestralidad que se ha visto aumentada en los últimos meses de una manera notable. Con la supresión del peaje, aumentó mucho el tráfico y, con esto, los accidentes.
Específicamente, los tramos perjudicados son los siguientes:
- En el tramo comprendido entre Calafat y L’Ampolla (Tarragona), entre el quilómetro doscientos ochenta y ocho y trescientos trece de la AP-siete, se reduce la velocidad máxima a cien km/h en los dos sentidos. Además de esto, el Servicio Catalán de Tráfico advierte que se sostiene actual la normativa para los camiones en este tramo, consistente en que no pueden superar los ochenta km/h de velocidad máxima y tienen la obligación de circular por la derecha a lo largo de los instantes de mayor intensidad de tráfico.
- El segundo tramo, asimismo en Tarragona, es el que va de Altafulla a Constantí, en sentido sur, donde está previsto instalar un radar de tramo entre el quilómetro doscientos treinta y ocho y 247; si bien, de momento, se sostiene la velocidad de ciento veinte quilómetros por hora. La resolución de instalar en este punto un radar de tramo es pues el Servicio Catalán de Tráfico ha constado que la pendiente de la carretera en esta zona hace que los automóviles circulen a mayor velocidad y aumenten los accidentes de tráfico en ella.
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- En el Vallès (Barna), el tramo más esencial por el hecho de que es uno de los que mayor tráfico concentra, se restringe la velocidad máxima a cien km/h entre la bifurcación de la B-veintitres (El Papiol) y el link con la C-treinta y tres (Montorès); entre el quilómetro ciento treinta y dos y ciento sesenta y uno. Igualmente, tienen previsto poner en este tramo un sistema de velocidad variable, que sostendrá como máxima esos cien km/h. Esto quiere decir que toda la B-treinta deja de tener el límite de velocidad máxima en ciento veinte km/h.
- En Gerona, en el tramo que va entre Fornells de la Selva y Cervià de Ter, entre el quilómetro sesenta y seis y sesenta y cuatro de la AP-siete, hay 4 carriles de los que el que está más a la derecha se reserva para entradas y salidas entre Gerona Sur y Gerona Norte y la velocidad en este carril va a ser de ochenta km/h.
Conforme anunciaron el directivo del Servicio Catalán de Tráfico, Ramon Lamiel, y el secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Xavier Flores, estas modificaciones en los tramos se realizarán en unos dos o 3 meses. No obstante, el radar de tramo de Tarragona precisará más tiempo pues acarrea la puesta en marcha de un concurso público. Sin embargo, hasta el momento en que empiece a marchar este radar las autoridades catalanas advierten de que los Mossos efectuarán «programas de control de velocidad» en ese punto.
