En la época actual, donde el modernismo colmó todos los espacios, tenemos en casa hornos eléctricos que hasta se limpian solos. Sin embargo, con la tendencia de las dietas paleolíticas incluidas en la alimentación saludable, el horno de leña ha vuelto a la palestra, ahora todos quieren tener uno en su hogar.
A pesar de los avances tecnológicos que han facilitado todo, aún se siguen realizando algunos procesos de manera rudimentaria, tal y como lo hacían nuestros ancestros, ya que, con todo y la modernidad, han sido actividades difíciles de sustituir. El horno de leña reaparece como uno de ellos.
Y es que, a pesar de la tecnificación e industrialización, durante los últimos años se ha venido rescatando la cocina tradicional, y actualmente, hasta es tendencia como resultado de la búsqueda de una alimentación cada vez más sana, que genere la menor contaminación y procure un ahorro de energía.
A la antigua usanza
El uso de hornos se remonta a más de 5.000 años. Existían ya en las culturas babilónicas y egipcias los primeros hornos, que consistían en una tapa de adobe que generalmente tenían una forma acampanada. Se han hecho hallazgos de hornos abiertos que se elaboraban haciendo un hueco, que se forraba con piedras, que luego se calentaban para introducir posteriormente los alimentos.
Con la implementación de las fuentes de energía, los hornos de leña se fueron sustituyendo por los eléctricos o a gas, y era difícil verlos en alguna casa, incluso a las afueras de las ciudades.
Sin embargo, como decíamos anteriormente, se ha desencadenado un salto atrás, y actualmente está de vuelta la esencia de la cocina tradicional, en la que ocupa un rol estelar el horno de leña, que tiene la particularidad de hacer que los alimentos mantengan y magnifiquen su sabor genuino.
Y no se trata sólo del uso de hornos de leña en zonas rurales o casas en áreas urbanas, hasta en restaurantes de alta cocina de Madrid y otras ciudades lo tienen como un aliado del sabor.
Como lo reseñó el diario El País, en el artículo “Como hace 100 años”, existen en la capital española restaurantes que pudieran catalogarse como museos gastronómicos, uno de éstos es Casa Botín, el más antiguo del mundo, con 300 años desde que fue fundado. Goya trabajó ahí de lavaplatos cuando estudiaba en Madrid.
Una de las figuras protagonistas de este restaurante emblemático, es su horno de leña, que está allí plantado como reliquia desde su fundación, y aún lo siguen utilizando para cocinar al día 45 cochinillos, la especialidad de la casa.
Puertas de hornos de leña, vital accesorio
Por las ventajas que ofrece en la cocina, muchos se toman la tarea de construir su propio horno de leña en el jardín o terraza, ya que no resulta una tarea extremadamente complicada. Se requieren materiales como ladrillos y cemento refractarios. Existen en internet muchas guías y tutoriales donde se indica, paso a paso, cómo construir la estructura, para luego instalar todos sus elementos.
La puerta es uno de los accesorios más importantes en un horno de barro o leña, ya que sin ella, no podríamos cerrar el área interna donde se concentra el calor necesario para hornear deliciosas recetas. De hecho, hay quienes afirman que uno de los secretos para la cocción perfecta en este tipo de horno, es precisamente este complemento.
Es importante que las puertas de hornos de leña sean de alta calidad, para que puedan aislar y aguantar las altas temperaturas que se generan en el interior. Algunas son fabricadas con hierro, acero o una potente fundición, para que puedan cumplir su función con más resistencia.
Es recomendable que la puerta cuente con un sistema antihumo para el manejo adecuado del aire que entra al horno.
Son aún más funcionales cuando se les incluye un pirómetro, que es un instrumento que informa sobre la temperatura que se alcanza en el interior del horno. Sin uno de estos medidores, sería imposible conocer esta variable, ya que los materiales con los que se fabrican estos hornos son aislantes al calor, así que desde afuera es imposible de determinar.
En el mercado se pueden conseguir puertas de arco de medio punto o rectangulares con sistema de hornillas fabricados en barro, piedra, hormigón, ladrillo, hierro, entre otros materiales.