El póker se ha consolidado como una de las formas de entretenimiento más populares en todo el mundo. Este apasionante juego de cartas es un deporte mental que requiere muchas habilidades diferentes, pero cada vez son más las personas que se inician en este mundo de los naipes. Por suerte, los aficionados que están empezando pueden observar cómo juegan otros jugadores profesionales para intentar imitarlos, o bien entender su forma de jugar. Sin embargo, la mejor forma de mejorar es jugando online, ya que se puede participar en una gran cantidad de torneos a lo largo del día, de modo que se puede mejorar mucho más rápido.
Una de las claves de la popularidad que ha alcanzado el póker en los últimos años se debe a su presencia en los medios de comunicación. No hay duda que la televisión, especialmente en países como Estados Unidos, ha visibilizado el juego de cartas. El Main Event de las World Series of Poker (WSOP), el conjunto de torneos de póker en vivo más importante del mundo, es el evento más seguido del año en el circuito internacional. Este evento, que se celebra anualmente en el Rio Hotel & Casino de Las Vegas, reúne a los jugadores profesionales más destacados del planeta. Una cita pokerística que se juega bajo la modalidad de Texas Hold’em, la modalidad de póker más extendida en las partidas profesionales. Aunque esta es la variante más popular en la actualidad, otras modalidades como el Omaha están cada vez más extendidas en los torneos profesionales.
El Texas Hold’em y el Omaha son las dos variantes de póker más comunes tanto en los torneos en vivo como en las salas de póker online. Dos modalidades que han adquirido una gran importancia en los últimos tiempos. Ambas cuentan con importantes diferencias, aunque también tienen similitudes. Al fin y al cabo, el Texas Hod’em y el Omaha son muy similares a un nivel superficial, pero si los jugadores estudian todas sus características pueden observar que tienen elementos completamente distintos. Las dos modalidades tienen su base en el póker más tradicional, de modo que los jugadores que conozcan las reglas del poker más clásicas pueden terminar dominando cualquiera de estas variantes. En esta ocasión nos aproximaremos a estas dos modalidades para conocer todas las diferencias entre ambos tipos de póker.
Número de cartas y mano de póker
El objetivo en el Texas Hold’em, la modalidad de póker más extendida en el mundo, y en el Omaha es conseguir la mejor combinación de cartas posible, siempre teniendo en cuenta el valor de las manos tradicionales del juego de cartas. Una de las principales diferencias entre ambas modalidades está en la cantidad de cartas que recibe cada jugador de la mesa. En el Omaha, los participantes reciben cuatro cartas propias al comienzao de la partida, pero sólo tienen la posibilidad de usar dos de ellas. Por el contrario, en el Texas Hold’em se reciben únicamente dos cartas en el primer reparto. En ambas variantes de póker se sacan cinco cartas comunitarias en la mesa durante tres rondas diferentes: el flop (tres primeras cartas comunitarias), el turn (cuarta carta) y el river (quinta y última carta). Además, también coinciden en las cuatro rondas de apuestas durante la partida.
En el caso del Texas Hold’em, los jugadores pueden utilizar todas las cartas que quieran entre las siete que tienen a su disposición (dos cartas propias y cinco comunitarias) para completar la mejor mano posible. En cambio, el Omaha exige a los jugadores a usar de forma obligatoria dos de las cuatro cartas propias que recibe antes de empezar la partida y tres de las cartas comunitarias que se encuentran encima de la mesa. Más allá de estas diferencias a la hora de formar la mejor mano de póker, ambas modalidades coinciden en que el jugador que consigue la mejor combinación de cartas se lleva el bote tras todas las apuestas que se han realizados a lo largo de las cuatro rondas. Además, el valor de las combinaciones es idéntico al del póker tradicional.
La dificultad de ambas modalidades
El Texas Hold’em es la modalidad de póker más fácil de aprender para los aficionados al popular juego de cartas. De esta forma no es de extrañar que se haya convertido en la variedad más popular del mundo en la actualidad. La mayoría de los jugadores que se inician por primera vez en el póker lo hacen a través de esta modalidad, ya que la dificultad es menor a la hora de aprender las reglas y el funcionamiento del juego. Sin embargo, el Omaha es considera como una modalidad mucho más agresiva y complicada para los principiantes. Esto se debe a que se trata de una variante fácil de aprender, pero difícil de dominar. La complejidad del Omaha radica en la restricción de poder usar sólo dos cartas de las cuatro propias para el valor de la mano.
Diferencias en los torneos de póker
Hoy en día, los torneos de Texas Hold’em, tanto de póker en vivo como de póker online, son los más populares entre los jugadores profesionales. El circuito internacional está repleto de eventos de esta modalidad. Sin ir más lejos, el Main Event de las World Series of Poker (WSOP), que corona cada año al mejor jugador del mundo, se juega bajo esta variante. Un éxito que se transforma en botes realmente atractivos para los jugadores, como se puede comprobar en el número de entradas habituales de este tipo de eventos.
A diferencia del Texas Hold’em, los torneos de Omaha no tienen tanto éxito entre los jugadores profesionales. Una de las causas de su falta de visibilidad entre la comunidad del póker internacional es su escasa oferta de eventos en vivo y online. Además, la falta de jugadores en las mesas de estos eventos provoca que los botes no sean tan atractivos como en el caso del Texas Hold’em, especialmente porque las entradas también son mucho más económicas. En cualquier caso, muchos jugadores tampoco se deciden a probar variantes como el Omaha porque deben cambiar su forma de jugar, aunque muchos expertos lo consideran como una versión mejorada del Texas Hold’em.