ÚLTIMOS POSTS

De qué manera «leer entre líneas». Habilidades estratégicas

Buena parte de las habilidades estratégicas toma forma y se aplica en la administración de relaciones personales. Esto sucede igual para el desarrollo de un jefe, subordinado, colega profesional, asociado de negocios, familiar, amigo, cónyuge, etc. La calidad de la interacción con otras personas siempre y en toda circunstancia define el éxito en la vida.

Ahora bien, las relaciones son como un juego de ajedrez. En ellas no solo importa la afinidad, sentimientos o predisposición, pues siempre y en toda circunstancia existen intereses implicados. Y esto produce situaciones encontradas, disputas y enfrentamientos.

Reconocer esto es algo práctico. No guarda relación con aspectos morales. Los intereses de las personas pueden ser buenos o malos, mas son eso: intereses.

Las piezas en este tablero de ajedrez toman forma de razonamientos, argumentos, emociones, ademanes, tonos de voz, pausas y silencios. Cada quién expone y moviliza estos elementos para intentar lograr sus objetivos. Y los que tienen habilidades estratégicas tienen mejores probabilidades de triunfar.

En esta realidad, resalta el individuo que puede “leer entre líneas” lo que otros desean o no desean decir. Las comunicaciones interpersonales esconden siempre y en toda circunstancia más de lo que exponen. Poseen elementos que no se patentizan, razonamientos parciales, sugerencias veladas, verdades a medias.

«Lo más esencial de la comunicación es oír lo que no se afirma.» -Peter Drucker

Todo eso queda expuesto para quién sabe “leer entre líneas”.

Las personas no afirman de manera expresa lo que desean por uno de dos motivos:

  • No pueden o
  • No desean hacerlo

El primer caso puede ser efecto de inseguridad, poquedad, cautela, falta conveniente de conocimientos, etc. En el segundo existen pretensiones y objetivos específicos. Al pensador estratégico le toca ser empático en la primera situación y muy cauteloso en la otra.

Hay dos requisitos para “leer entre líneas”: percibir adecuadamente y mirar con atención.

No es solamente que eso. Algo que, teóricamente, tienen todas y cada una de las personas desde temprana edad, y que no necesariamente podrìa considerarse anotado entre las habilidades estratégicas.

No obstante, lo que ocurre en la práctica raras veces es congruente con la teoría. Realmente, hay muy realmente pocas personas en este planeta que escuchan y miran con atención. Por básico y elemental que parezca, esta habilidad prácticamente no la tiene absolutamente nadie, y su escasez forma uno de los grandes dramas de la “sociedad civilizada”.

Si en algún caso la activa de la psique humana tiene efecto asolador, es en éste: cuando altera la comunicación de las personas. No se puede atender lo que otro afirma si primero se presta oído a lo que uno mismo piensa. Nada se escucha si en el proceso solo se considera la contestación que se quiere dar.

Y si no se escucha auténticamente y con honradez, es imposible “leer entre líneas”.

Oír y mirar con atención significa ESTAR PRESENTE en una interacción. Enfocarse en lo que ocurre en “este preciso momento”. Este pequeño detalle puede mudar el curso de la vida, pues una gran parte del enfrentamiento humano se explica en la incapacidad de comprender a el resto.

Si desea que la otra persona sea como un libro abierto, escuche lo que afirma con atención y mire de qué forma lo hace. ¡Así de sencillo!

No emita juicio adelantado ni interrumpa. Sea como el juez que recibe razonamientos de una y otra parte para formarse un criterio de la situación. Esta es la forma práctica de hacer predominar pretensiones, pues lo más probable es que el otro no pueda enfocarse de igual modo.

Escuche, mire, procese y arguya entonces. No adelante juicio. No establezca resolución. Absolutamente nadie alcanza una conclusión válida leyendo solo una oración, es preciso conocer todo el texto.

Oír, mirar, procesar, contestar.

Percibir, mirar, procesar, contestar.

Este es el ciclo que debe repetirse hasta el momento en que concluya el intercambio. Si está presente, va a saber identificar el final del proceso. En ése instante va a tener una idea específica de los intereses extraños y va a poder juzgar.

Las habilidades estratégicas no echan raíz en lo complejo o complejo, más bien en todo cuanto es elemental y obvio, simple y pequeño. Por el hecho de que justamente de eso está formado lo magnífico, aquello que es tan elusivo al comprensión de la masa.

Con solo ESTAR PRESENTE en la interacción ya existe ganancia.

Ahora bien, cuando la comunicación se desarrolla con personas que asimismo “están presentes”, que son dueñas de sí y actúan inteligentemente para hacer predominar sus intereses, la “lectura entre líneas” debe respaldarse en otros factores:

1.- Advierta si la otra persona está malinterpretando algo.

Identifique si está distorsionando los hechos para mentir de manera consciente y crear una falsa impresión. Vea si está manipulando la verdad, si presenta una opinión como hecho o si usa pensamientos revisionistas y eufemismos para disfrazar la verdad.

dos.- Identifique si está suprimiendo algo.

Suprimir información clave es una forma de mentir intencionalmente. Como afirmó Benjamín Franklin: “Una verdad a medias acostumbra a ser una enorme mentira”.

tres.- Vea si no está “fabricando” algo.

Compruebe si no se inventa un hecho o propagando una falsedad. Los chismes y los cotilleos raras veces se aproximan a la verdad.

cuatro.- Asegúrese que no exagere en la presentación de los razonamientos con el objeto de ocasionar una impresión conveniente.

cinco.- Verifique que la otra persona no está en estado de negación para admitir la verdad y reconocer fallos.

seis.- Compruebe que existe trasparencia.

La carencia de trasparencia existe frecuentemente en quienes esconden o retienen información por el hecho de que su exposición puede traerles consecuencias negativas.

siete.- Vea que no se echen culpas a otras personas con el anhelo de esconder fallos o responsabilidades propias. Esta es una de las habilidades estratégicas más útiles para “leer entre líneas”.

Quién mucho habla del resto, poco bien afirma de sí.

ocho.- Identifique si existe algún “reconocimiento falso” en lo que arguye la otra persona. Muchos se atribuyen crédito por méritos extraños.

nueve.- ¿Se trata de alguien que rompe promesas habitualmente y sin mucho pesar?

Si este es el caso, es previsible que el comportamiento se repita.

diez.- Trate de identificar si la persona cubre o socapa las faltas de otros.

Pues el que así lo hace, es tan responsable de la falta como quién la comete.

once.- ¿Se trata de una persona hipócrita? Identificar esto es prioridad para quién aplica habilidades estratégicas con el anhelo de “leer entre líneas”.

La hipocresía no solo plantea una doble ética, es asimismo una de las estrategias más sutiles en el relacionamiento personal.

doce.- ¿Es alguien que pretende ser lo que no es?

Quién pretende ser lo que no es, realmente concluye por no ser nada.

Las personas capaces de “leer entre líneas” se sumergen en la complicada sicología humana y desarrollan una de las habilidades estratégicas más esencial para edificar, curiosamente, relaciones sanas y productivas.

La verdad siempre y en toda circunstancia disipa las tinieblas. Y cuando no es expuesta de forma franca, ha de ser buscada con paciencia y sutileza.

DATOS DEL AUTOR.-

Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, radica en la urbe de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Hoy en día se desempeña como Gerente de su Empresa, Asesor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Entrenador de Emprendedores.

Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”

WEB: www.elstrategos.com

Mail: [email protected]

Facebook: Carlos Nava Condarco – El Strategos

Twitter: @NavaCondarco

Latest Posts

MÁS VISTOS